¿Sabes qué es esto?

 

¡Son las micro partículas menores de 30 micras que se encuentran en los aceites lubricantes de tus motores diésel y sistemas hidráulicos, y que NO son capturadas por los sistemas de filtrado de barrera convencionales!.

Si bien es cierto que los sistemas de filtrado de barrera convencionales instalados en los motores diésel y sistemas hidráulicos logran retener partículas mayores a 30 micras, lo cierto es que hay micro partículas de mucho menor tamaño (de hasta 1 micra) que logran evitar el filtrado convencional y pasan a través del sistema de lubricación, provocando no sólo la degradación progresiva del aceite hidráulico sino también el desgaste con mayor rapidez los componentes del motor con los que tienen contacto. A la fecha no existe ningún tipo de filtrado de barrera que logre un mayor nivel de filtración y que a su vez no sea un producto consumible que requiera un reemplazo cada cierto tiempo. Ante esto, existe desde hace más de 60 años una tecnología usada con mucho éxito para tal fin: las centrífugas a presión (power-pressured centrifuge, PPC). Esta se utiliza en paralelo al sistema de filtrado convencional, aprovechando el flujo residual de la bomba de aceite del motor, y proporcionando un filtrado mucho más fino.

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En la PPC, la fuerza centrífuga de casi 3000 g separa las partículas sólidas y los lodos de los aditivos de aceite usados, siempre que los dos tengan densidades diferentes, lo cual es casi siempre el caso. Los subproductos lubrificantes típicos de la combustión tienen una densidad 70% mayor que el aceite lubricante, y los abrasivos y desgaste de los metales presentes en los lubricantes del motor van desde cuarzo (arena) con 2.6 gr/cm3 al hierro a 7.8 gr/cm3. Para cualquier componente lubricado, la centrifuga atrapa contaminantes de una amplia gama de densidades, pero debido a que los elementos más abrasivos tienden a ser también los más densos y más fácilmente separados por la fuerza centrífuga, el desgaste de los componentes se reduce de manera significativa.

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Son grandes los beneficios en dólares que se acumulan cuando los intervalos de revisión del motor y del turbocompresor se extienden como resultado de un aceite lubricante más limpio. Por ejemplo, las centrífugas a presión pueden extender el tiempo de vida de sus aceites lubricantes entre un 60% y 100%, sin dañar su composición química.

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